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domingo, 7 de febrero de 2010

PARA LOS ECOLOGISTAS QUE NO CREEN EN LA CIIENCIA

 «Physalia»: el primer 
barco-barrendero

Se trata de un proyecto para concienciar al mundo de la escasez del agua

«Physalia», el primer barco-barrendero

4 Febrero 10 - Ignacio Blanco
 
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La embarcación está diseñada para desintoxicar los ríos a su paso por las grandes ciudades. El objeto de la embarcación es ir limpiando el agua convirtiéndola en potable.

Un enorme barco con forma de ballena es la utopía del arquitecto francés Vincent Callebaut destinada a limpiar las aguas de los ríos de Europa con los recursos propios de la naturaleza, absorbiendo y reciclando la contaminación de las grandes ciudades.

El buque es 100% autosuficiente energéticamente. Sus turbinas transforman la energía de la corriente del río en hidroelectricidad, lo que permite la navegación de un modo «limpio» y sin coste.

La forma del casco, por reacción a los rayos ultravioleta, reduce la contaminación del agua. En realidad, además de la limpieza del propio buque, se eliminan los productos químicos y los residuos generados por los barcos en el río. Un jardín en el techo filtra el agua almacenada y la purifica.

Callebaut lo define como «un ecosistema capaz de reaccionar ante el entorno y que invita a la fauna y la flora de la biodiversidad del río a venir a hacer su nido en la ciudad».

Reciclaje urbano

A finales de 2007 el estudio de Callebaut combinó un programa enfocado a espacios públicos con la recuperación de canales y líneas de tren abandonadas en el distrito 19 de París. El prototipo contaba con tecnologías verdes para la purificación de aire.

El proyecto, conocido como «Anti-Smog», es una propuesta contra la nube tóxica, mezcla de la niebla y el polvo en suspensión generado por la contaminación que tiene muchos efectos nocivos para la salud: problemas respiratorios como el asma y las temidas lluvias ácidas .

Conciencia ecológica

Según los datos del Banco Mundial, el 45% de la población mundial carece de un acceso directo a los servicios de agua potable, lo que equivale a que mil millones de personas no dispongan de ella y dos mil quinientos millones no cuenten con un servicio de purificación.